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Revolución de los Claveles

Desde 1926 hasta 1974, Portugal estuvo bajo la Dictadura de Salazar o el “Estado Novo”, una especie de mezcla entre la España franquista y la Italia de Mussolini, un régimen represor con una policía política al estilo de la Gestapo alemana, que tenía ojos y oídos en todas partes del territorio portugués. Detenciones, persecuciones, represión y falta de libertad. El pueblo portugués estaba cansado de vivir bajo esas premisas y el 25 de Abril decidió levantarse, luchar y derrocar al fascismo.
La Madrugada del 25 de Abril, la canción de Grandola Vila Morena, del gran cantautor José Afonso, sonaba en la radio. Ese fue el comienzo de un camino hacia la libertad. El ejército, al escuchar esta señal, comenzó a marchar sobre la ciudad de Lisboa. Poco a poco, Portugal iba despertando del letargo, adhiriéndose a la revuelta. A la madrugada, los puntos estratégicos habían sido tomados por el ejército sublevado…y lo que ese ejército no esperaba…es que la gente saliera de sus casas y apoyara la revolución. Amas de casa, obreros, estudiantes, gente de todas las clases sociales, salieron, tomaron las calles, alzaron su voz, y se sumaron a la lucha. Por fin algo que habían esperado durante años, estaba sucediendo.

Después de un intenso día, y de intentos fallidos por parte de Marcelo Caetano (sucesor de Salazar) para poder reprimir la revolución, a las 18:00 de la tarde, el gobierno firmaba una rendición a cambio de un exilio inmediato a Brasil.

Mientras tanto, en las calles, se vivían momentos de efervescencia pura, la gente celebraba el advenimiento de una nueva era. La revolución había triunfado. Se liberaron a los presos políticos de las cárceles, se puso fin al estado represor y también se proclamó el fin de la guerra colonial en Angola, Mozambique y Guinea Bissau. La sociedad portuguesa estaba muy politizada. Los líderes de la revolución querían poner rumbo hacia el socialismo real, donde todo el poder lo tenían los trabajadores, obreros y campesinos. Un movimiento romántico y utópico que, quizás, no estaba tan preparado para fraguarse.

El 25 de Abril de 1974 fue un día histórico. Y el clavel será su emblema. Las calles estaban inundadas de claveles rojos, símbolo de una lucha pacífica. Los militares van a colocar los claveles en las bocas de los fusiles, en los tanques y en las armas, en señal de que no querían que esas armas fuesen disparadas. El clavel, sin duda, se convertirá en un símbolo de paz.

Hoy, 44 años más tarde, el pueblo portugués sale a la calle para celebrar la libertad, para celebrar que el 25 de Abril fue el fin de una etapa dura, difícil, injusta y cruel, pero también para recordar que la lucha continúa.
Este post está dedicado a los 4 revolucionarios que fueron asesinados por la policía política el día 25 de Abril: Fernando Luís Barreiros dos Reis, Fernando Carvalho Gesteiro, João Guilherme Aguiar Arruda e José James Hartley Barnetto.

SIN MEMORIA, NO HAY FUTURO

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